viernes, 21 de febrero de 2014

jueves, 1 de agosto de 2013

Torrontés, la Miel de los Vinos



Floral y herbáceo a la nariz, evoca a la rosa y la cera de abeja. 

En la boca, tiene mucho carácter. Los amantes de los jóvenes y frescos vinos blancos descubrirán su estirpe original.

A la hora de describir las sensaciones olfativas, sus aromas recuerdan a rosas, miel, cáscara de naranja, frutas tropicales bien maduras y uvas moscateles.

Su vestido, es de un color amarillo verdoso brillante, límpido.

El Torrontés, junto al Malbec entre los tintos, es reconocido en el mundo como el gran cepaje blanco argentino.

El origen de esta variedad remite a las épocas fundadoras de la vitivinicultura argentina, aunque no se cuenta con información exacta.

Alcanza notas sobresalientes en la región de los Valles de Famatina, provincia de La Rioja. En la provincia de Salta, en la localidad de Cafayate, en Mendoza y en San Juan, el Torrontés toma diversas particularidades pero mantiene el gran desarrollo aromático que es típico de la variedad.

Actualmente existen unas 12.000 hectáreas implantadas con esta variedad en Argentina. Es muy productiva y los vinos que se obtienen se reconocen por la exuberancia de sus aromas frutales y florales, por los matices dorados y verdosos de su color y la armónica frescura final.

Las bodegas que lo elaboran confirman el potencial de este vino en los mercados internacionales. Sus singulares características se adaptan a las demandas de un consumidor de vinos jóvenes y muy frescos, fáciles de beber a distintas horas del día.

En La Rioja, algunos Torrontés son elaborados en barricas de roble francés.

El resultado son productos originales, destinados al mercado inglés, en que la madera ha aportado complejidad al interactuar con el vino.

El consumidor tendrá la última palabra al descorchar una botella de Torrontés y sin dudas, volverá a elegirlo.


miércoles, 3 de julio de 2013

lunes, 17 de junio de 2013

Vallisto, el vino de Pancho Lavaque, Marcelo Pelleriti y Hugh Ryman

Malbec y Torrontés son las cepas elegidas para este proyecto, cuyo objetivo es explorar el potencial de calidad de Cafayate y llevarlo al límite, para crear un vino que resuma todo este proceso de aprendizaje.


Tres enólogos. Dos cepas emblemáticas de la Argentina. Y un terroir muy particular. Vallisto nace en la ladera oeste del Valle de Cafayate. En un suelo diferente a los otros de la zona, con un recorrido solar distinto, que es menos agresivo por la tarde y resulta ideal para la uva desde que brota hasta que se cosecha.
 
“Además de estas condiciones para la vid, te parás en el terreno que elegimos y podés disfrutar de una vista increíble, te das cuenta que es un lugar especial. Nos dijimos que allí se podría lograr el mejor viñedo del mundo, y nos propusimos hacerlo, para hacer el mejor vino”, cuenta Pancho Lavaque, enamorado de Cafayate desde su niñez. “Elegimos las cepas que más potencial tienen en la zona: se puede hacer el mejor Malbec que se haya hecho y el Torrontés que es marca registrada. Además de lograr un buen producto hay un gran camino recorrido por esos varietales, ya que el Malbec en el mundo es también una marca en sí misma”.
 
Marcelo Pelleriti aclara que “el Malbec no es uno solo, tenemos distintos clones y elegimos entre la mejor genética del mundo; pero no pusimos todo de la misma, sino que armamos cuadros con distintas uvas para después tener diversidad y, a futuro, crear un corte más complejo. No sólo importa la cepa sino el lugar, que es muy influyente: desde el suelo, la altura, el clima, el micro clima. También está todo el factor humano, en una zona con una riqueza histórica impresionante, donde se hace vino desde el 1600. En el valle hay una cultura en la que está muy arraigada la vid. El vino y el turismo son las actividades más fuertes de la zona, la gente vive de eso; tienen un nivel de aislamiento del centro de la industria que está bueno, esto ayuda a darle personalidad al lugar y se refleja en los vinos de Cafayate. Qué más lindo que la diversidad, y ese aislamiento que nos da nuestra identidad”.
 
Hugh Ryman y Pancho Lavaque se conocieron por un vínculo comercial, desarrollando una marca para exportación. En ese proceso se fueron metiendo cada vez más en la producción de los vinos y en diseñar un viñedo quelograra alta calidad. “Poder hacer un viñedo de cero, con gente tan apasionada del vino es un sueño hecho realidad”, dice Ryman.
Pancho y Marcelo se conocieron por un amigo común de San Rafael (Camilo Aldao). Así Pelleriti se convirtió en asesor de Lavaque y la relación fue creciendo, con una empatía más allá de lo laboral. “Para hacer una sociedad tenés que tantear un poco, conocerte; cuando Marcelo estuvo en Francia para trabajar en la cosecha en Burdeos, Hugh pudo conocerlo mejor y ahí todo cerró, porque tenían la misma sintonía”, recuerda Pancho.
 
 
Los enólogos
Pancho Lavaque representa a la quinta generación de Lavaque en la elaboración de vinos. Esto podría haber sido una mochila muy difícil de llevar, pero tuvo la suerte de compartir con su familia el amor por los vinos. Cuando era muy joven, se fue a estudiar a California y se recibió de Licenciado en Viticultura y Enología. En 2003, volvió a Argentina y empezó a trabajar en la bodega. Actualmente está a cargo de la operación de las bodegas, trabaja para mejorar los vinos y en desarrollar nuevas etiquetas que sean interesantes para todos.
 
Marcelo Pelleriti nació en Mendoza, es enólogo y  es el primer winemaker argentino en lograr con un vino los 100 puntos que otorga “TheWineAdvocate”, de Robert Parker, con el Chateau La Violette 2010 elaborado en Pomerol, Francia.
De chico siempre andaba trepado a los parrales que su abuelo inmigrante tenía en su casa.  Y compartía con él la elaboración de vino patero. Luego comenzó a cursar en el Liceo Agrícola, posteriormente ingresó en la Facultad de Enología Don Bosco y se especializó en Viticultura.
Se desarrolla como winemaker en Pomerol, Francia, desde hace 12 años. Está al frente de la bodega Monteviejo, es la mano derecha del famoso enólogo francés Michel Rolland.
 
Hugh Ryman es enólogo, estudió en Burdeos y está a cargo de la elaboración del vino en el Chateau de la Jaubertie, la finca de su familia en Bergerac. Después de haber transformado el castillo en uno de los mejores de la denominación, Ryman se convirtió en uno de los primeros "enólogos voladores" - expertos enviados por los clientes en el extranjero para supervisar y mejorar la forma de hacer vinos en las bodegas Francia y España, Chile y Hungría-.Ganó numerosos premios que ayudaron a elevar el nivel de cada lugar en el que trabajó.Su objetivo, independientemente de la procedencia de la bodega, es ayudar a los productores a atraer bebedores de vino con un paladar modernizado.
 
Los vinos
Vallisto Torrontés 2012
De color amarillo claro, con tonos verdosos, brillante y de excelente matiz. Aromas intensos, con notas de jazmín y durazno blanco. Es un vino suave, fresco y de gran tipicidad varietal, de largo y armónico final. Crianza sobre borras finas durante 6 meses y un 30% del vino tiene 6 meses de paso en roble. Potencial de guarda: 6 años.
Elaborado con uvas de “Viña La Esperanza”, de 57 años de antigüedad, a 1800 m.s.n.m. en el Valle de Cafayate.
Precio de venta sugerido: $ 95.-
 
Vallisto Malbec 2010
Límpido, color rojo intenso con tonos violáceos. Aromas a frutos rojos, ciruelas, pimienta y especias, exaltando las características el Terroir. En boca es un vino de buen volumen, textura, carnoso con taninos maduros. Elegante y prolongado final. 12 meses de crianza en barricas de roble francés. Potencial de guarda: 10 años.
Elaborado con uvas de “Viña San Luis”, a 2000 m.s.n.m. en el Valle de Cafayate.
Precio de venta sugerido: $ 124.-

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